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No quiero que llegue ese momento en el que dejemos de entendernos. No quiero que nos encontremos y nos miremos a los ojos y pensemos mutuamente que somos dos extraños más en este mundo. No quiero que dejes de llamarme, no quiero que decidas ausentarte. No quiero que dejes de soñarme o que no pienses en mí antes de acostarte. No quiero que vivas sin necesitarme, aunque suene egoísta, pero necesito que me necesites, y que no puedas vivir sin mí como yo no puedo vivir sin vos. No quiero que no me sonrías. No quiero que te pierdas. No quiero que te sueltes, ni que me sueltes. No quiero que desperdicies tu amor, no quiero que te quedes sin él. No quiero que me pidas que te deje de querer ni quiero que comiences a olvidarme de la manera más sencilla, que es actuando como si yo ya no existiera. No quiero que olvides que tengo mucho amor guardado en mí, que lo dejé en un rincón para vos. No quiero que lo ignores, no quiero que no lo quieras. No quiero que no me quieras. No quiero sentirte lejos ni quiero sentirte sin mí. No quiero que me regales tu ausencia por mi bien. No quiero que pienses en mi bien. No quiero que te olvides de mis sueños ni de tus promesas. No quiero que dejes de necesitarme (te repito esto porque vivo deseando que no dejes de amarme). No quiero que ese amor se pierda. No quiero que te vayas de mi vida. No quiero que desaparezcas. No quiero que te vayas sin despedirte. No quiero perderte.